Caligrafía
Toledo
Bajo el calor de un tórrido verano
miro la vida con ojos de antes:
Soldados con coraza vigilantes,
viejas con refajo abanico en mano.
Ropas que huelen a sudor humano,
doncellas con escotes humeantes,
curas que reprenden a los amantes,
estiércol que fermenta al aire insano.
El noble se ahoga en su jubón,
el cardenal se esconde en su palacio,
en la cama se hierve la pasión.
Nadie cruza la puerta del Cambrón
mientras el sol se adueña del espacio
de Toledo imperial... ¡Y con razón!
Por mostrarme cortés
Dejé caer un piropo a una vieja,
pensé que sería caballeroso.
¿Cómo no haber adivinado en ella
la llama leve de un corazón roto?
Le dije que al calor de su belleza
el tiempo transcurría de otro modo;
que fue un gran privilegio conocerla…
lo mucho que aprendí de esto y lo otro…
El eco de mi voz y mis palabras
de una antigua pasión de juventud
debieron avivar la tenue llama.
Así que me persigue y me reclama,
lo cual ya va afectando a mi salud
¡Por mostrarme cortés con una dama!
Toledo, esperando al autobús,
enero de 2017
Serranilla
Vide en la rúa un pibón
de azul y blanco vestida...
Y dijeme yo a mí mesmo
¡Para otros es la vida!
Una joven en la tele
vide yo muy de mañana...
Y pensé pa mis adentros
que madrugando se gana.
Camarera enrojecida
me sirve ahora el café...
Del rubor en sus mejillas
no tengo culpa esta vez.
Esta que es rubia y pleyeba
mi teléfono me pide...
Iba a subírseme el pavo
pero la trampa yo vide
pues guiñó el ojo a su amiga
morena de verde luna...
Nunca en la vida yo tuve
posibilidad alguna.
Mozas, mujeres y dueñas
mi tesón ponen a prueba...
Yo como mucho las miro
y retorno a la mi cueva.
Mozas, mujeres y dueñas
se aparecen por doquier...
Las esquivo por si acaso
se enfada la mi mujer.
Curvas en la plaza
(Para Celia Sevilla, La Roda 2019)
Suma de curvas en pura armonía,
vaivén de sentimientos y de luces,
agitación y vendaval produces
al cruzar por la plaza cada día.
A ver tu andar el sol se esperaría,
si a ritmo firme de tacón reduces
la tempestad a brisa... caen de bruces
los reyes por rendirte pleitesía.
Arrastras a tu paso las miradas
mientras siegas los sueños que sembraste
en un mar de cabezas trastornadas.
A salvo soy pues nunca me miraste
y a mi cuello la edad le es ya pesada.
!No te gires! No dé mi paz al traste…
Bar de carretera
Todos de paso
como en la vida,
pero sin prisa,
que el viaje es largo.
Una pantalla
hablando sola
que a nadie importa...
Y una muchacha
que a nadie espera,
que a nadie mira,
pero que espía
por si la llevan.
Los camioneros,
aunque la ignoran,
al bies la rondan
¡Ay, si te llevo!
La mujer rubia
vende cupones,
vende ilusiones,
con sol, con lluvia.
Moros en grupo
cogiendo fuelle
porque hasta el muelle
aún queda mucho.
No hablan con nadie,
visten chilaba.
A ellas, tapadas,
les falta el aire.
Bar de La Mancha
en pleno agosto,
viajeros todos,
la ruta cansa.
Todos viajeros
menos un hombre
que sabe el nombre
del camarero,
y dos agentes
que un café toman.
Ambos controlan
muy quedamente
a un parroquiano
que toma copas,
una tras otra,
mano con mano.
¡Carne de multa
cuando al volante
tire "p'alante"!
Nadie lo duda:
Los picoletos
tienen su presa...
En una mesa
comen dos negros.
Van sin familia.
Casi seguro
trabajan duro
por la vendimia.
Una pareja
de motoristas
lanza sonrisas
que a nadie llegan.
Abren sus monos,
van al servicio.
Todos los niños
miran las motos.
Son los primeros...
En un pis pas
se llena el bar
con más moteros
que ya compiten
con el Imserso,
pues cien abuelos
llegan y piden
agua y espacio.
Y aunque no caben
llenan el váter.
Mean despacio.
En un momento
el bar se llena.
La carretera
es un tormento
que hay que cruzar.
Justo por eso
este manchego
puso aquí un bar.
Yo lo conozco
porque al pasar
suelo parar.
En este o en otro...
Obligados estamos a vivir
El futuro es una bala de plata
y un vampiro que acecha en el camino;
un encuentro con Dios, un desatino,
un amor que regresa y que te mata.
El pasado es un sueño que te ata,
y un fantasma que dice repentino
que sellado quedó nuestro destino,
que todo cuanto quieres te retrata.
El presente no es más que un transcurrir
entre el ayer, apenas un mal rato,
y el mañana que alberga un porvenir.
Negarse a respirar es desacato.
Obligados estamos a vivir
y conviene asumirlo con recato.
Lira I
Por transitar la ausencia
de toda voz acaso conocida
apagué la conciencia
y convertí mi vida
en una soledad a ti debida.
Exiliado de ti
en designio inapelable del azar
al corazón mentí
por dejar de añorar
el sol en tus ojos de azul y mar.
"Amo la soledad",
repito ante la imagen del espejo...
Pero no es verdad.
Es tan solo el reflejo
de una historia de abrazos que atrás dejo
aprendiendo a vivir
esta ausencia de ti que me condena.
Miro hacia el porvenir
"umbrío por la pena",
sintiéndome soldado a una cadena
de reveses amargos
dispuestos por un dios insatisfecho...
Los días se hacen largos.
Soledades cosecho
y aprendo a cultivarlas bajo techo.
Protejo mis oídos
de amaneceres cantos de sirena
y sueños vividos.
Toda risa es obscena
si no he de hundir mi rostro en tu melena.
Por eso es que transito
torpe el paso la trampa de la edad.
Quiero dejar lo escrito...
Si amar la soledad
es mi mejor engaño y mi verdad.
En los caminos del cielo
En los caminos del cielo conviene
el norte identificar primero
si hacia el sur encaminas tu sendero,
pues su estrella fija siempre mantiene.
Si la razón a veces contraviene
la humilde lógica del carbonero
entender sobre amores nada espero,
que una contradicción mi alma retiene.
A sus cantos de sirena respondo
con el corazón en ofrenda al viento
y la duda clavada en lo más hondo,
pues es su voluntad cada momento
como eco juvenil de un mar sin fondo
que a ciegas navego... ¡y mi alimento!
Doncel de Bellas Artes
Doncel de Bellas Artes que nos miras
cubierto el rostro tras de un antifaz.
Noble, paciente, descansas en paz
ajeno al Arte nuevo y sus mentiras.
Me dicen que de cuando en vez suspiras.
Que una pena de amor turbó tu faz
cuando un joven alumno fue capaz
de entender la pasión con que respiras.
Pensó que tus suspiros de arenisca
brotaban a su novio dirigidos..
Agitados los celos en ventisca,
negando la razón en sus oídos
tu cara mancilló. Mas su conquista
no evitó el final acontecido.
Él ya no acude a clase a pasar lista
pues siempre que al entrar alza la vista
y le haces recordar al que ha perdido...
Coplilla
Romperé la farola
de tu ventana
por llegarme a tu reja
de madrugada
a sembarte mis rosas
enamoradas...
Por robar esas perlas
de tu mirada
romperé la farola
de madrugada.
(Cancionero de Maese Bernardo)
Granada
Dale limosna mujer
Que no hay en la vida nada
Como la pena de ser
Ciego en granada
Más pena que la pena de ser ciego
inmerso en la belleza de Granada
es saberse expulsado del reflejo
de la oferta de luz de tu mirada.
Más pena que no ver cómo un sol lento
se oculta tras las torres de La Alhambra
es no verlo estallar contra tu pelo
abriéndose en diez luces que te enmarcan.
Mi ceguera no acepta otra derrota
que el eco de tu voz y de las fuentes
mezclados en un mismo acto de fe.
Déjame pues vestigios de tu aroma
o mejor cuéntame lo que tú sientes
viviendo en Granada un atardecer.
Lira II
Percibo con recelo
la mirada burlona que regala,
de luto terciopelo
y el alma bajo el ala,
el cuervo que despacio se acicala
al borde del camino...
Negro heraldo de muerte me parece,
mentor de mi destino,
cada vez que acontece
que el cuervo en mi camino se aparece.
Resuenan en mi mente
historias populares y consejas
contadas por la gente.
Flor de leyendas viejas,
que te dan que pensar según te alejas.
Su oscura majestad,
herencia de otra edad y de otros druidas,
matiza su fealdad.
Esfinges renegridas,
mensaje de la muerte son sus vidas.
Por eso es que no quiero
su graznido de adiós en mi cabeza
como canto postrero
pues parto con tristeza
pensando en la muerte y su certeza.
Tilde de las cunetas,
punto y seguido de los paisajes,
deprimentes poetas,
corazones salvajes,
perenne compañía de mis viajes,
sabed que yo no os creo
esbirros al servicio de Satán,
criados de Asmodeo,
ni que en vuestro vuelo están
inscritas las fobias de Leviatán.
Sabed que solo veo
unos altivos pájaros hambrientos.
Fugazmente recreo
imágenes y cuentos.
¡Es cierto! Pero solo un momento...
Del buen amigo el consejo
Hay un tono burlón en tu consejo
y una luz de verbena en tu mirada.
A artificiales fuegos en la nada
resuenan tus palabras. No me quejo,
pues te burlas de mí porque te dejo...
No entrarán moscas en boca cerrada,
y oyéndote pagué la novatada
de acudir al consejo de un tipejo.
En otras circunstancias menos graves
riérate las gracias este menda,
pero sabiendo todo como sabes
entiende que tu sátira no entienda.
No creas que por mucho que me alabes
la pena que has causado tiene enmienda.
Martina tiene un amigo
Martina tiene un amigo
que se llama Petronilo.
Bebe agua, come ranas
¡porque es un cocodrilo!
Tiene una cola muy larga
para nadar por el Nilo,
pies robustos, ojos grises,
y muchos dientes con filo.
Juega a asustar a los peces
con su amiguete Cirilo,
y cuando llega la noche
se echa a dormir bajo un tilo.
Viste un abrigo de escamas
cosidas con verde hilo,
¡y cuando en Egipto llueve
él se queda tan tranquilo!
Tiene Martina un amigo
que se llama Petronilo,
¡al que no hay que tener miedo
aunque sea un cocodrilo!
Villancico serrano
Por la sierra va un pastor
deslumbrado de hermosura.
Ha visto salir el sol
hijo de una Virgen pura.
Henchido vuelve de amor
porque nunca tal dulzura
en una mirada vio.
Y aunque la noche es oscura
con paso firme camina,
que en medio de la espesura
su sonrisa le ilumina.
Henchido vuelve de amor.
jamás una piel tan fina
en una criatura vio.
El sueño de Casandra
El sueño de Casandra pinta de invierno la primavera
mientras descansa ajena al drama en blanco y negro de las flores.
La perfección de su rostro enmudece los vivos colores,
suspende acaso el vuelo de los pájaros en la chopera
Sus ojos miran más allá del trenzado de las pestañas
que sus párpados de seda pespuntan como cremallera.
Y en su sereno soñar observa la vida que le espera,
tranquila, sin temor a recorrer un mundo sin entrañas.
Construyes poco a poco tu universo con palabras nuevas
que en tu lengua de trapo pudieran antojarse extrañas.
Dicen que ha de helarte el corazón una de las dos Españas,
mas sobre el odio que predican has de ver cómo te elevas.
En tu dormir de niña respiras color y paz expiras,
siembras el mundo de esperanza y los corazones sublevas.
Ogros, hechiceras y dragones, confinas en sus cuevas...
Duerme mi niña: los pájaros callan... despiertan las liras.
La paz tras la derrota
Hallarás paz después de la derrota
si ofreciste tu sangre en la contienda,
si quemaste tus armas y tu hacienda,
si aún conservas la bandera rota.
Si en tu voz la vergüenza no se nota,
si encuentras compañía que comprenda
tu terrible dolor y en él te atienda...
Si la siembra trae pan y el agua brota.
Hallarás paz después de su victoria
si aprendes que es muy leve la frontera
Entre vergüenza y azar, destino y gloria.
Si la vida anega la trinchera
y tu odio encuentra escapatoria...
Descansará tu mente aunque no quiera.
Allá donde mueren los arcontes
Ya no me importa saber de lo que soy,
ni entender me apetece lo que siento.
El alma dejaré al vaivén del viento
sin noticia alguna de hacia donde voy.
Ni más abrazos ni más consejos doy
porque el verbo me brota ceniciento.
No esperes de mí una voz de aliento,
ni trates de hallar refugio donde estoy.
Hay un mar infinito ante mis ojos
que devora sus propios horizontes,
esclavo del vaivén de sus antojos.
Allá donde se mueren los arcontes
un recuerdo serán tus labios rojos
de otros ríos de luz y de otros montes...
No busco una razón para escaparme,
si me nacen los versos a manojos...
Saber quien soy dejó de interesarme
Soneto alegre ma non troppo
El amor no es amor si no hay entrega.
Una vida no es vida sin amor.
El calor que no da vida no es calor.
El frío es un calor que nunca llega.
Un destello no es luz cuando te ciega.
La música no suena si es clamor.
Renunciar a la vida no es valor
si el suelo con la sangre no se riega.
Amor, entrega y vida es el secreto.
Escuchar de tus venas la oración
y nunca ante el dolor quedarse quieto.
A la luz y el calor del corazón,
y al alma de cual brota este soneto,
estalle en tu sonrisa mi canción.
Ayudé a respirar a un matrimonio
Ayudé a respirar a un matrimonio
que ya estaba olvidando lo importante:
Esta vida es luchar codo con codo
y hay sitio para dos en el pescante.
Cansada de luchar y darlo todo,
sin ganas de seguir hacia adelante...
Cansado del silencio largo y torvo,
puesta en cuestión su entrega como amante...
Abocados a la melancolía,
dejaban de mirarse frente a frente
y buscar mutuamente la alegría.
¡Que era su niño la luz del día!...
Ya pelean unidos nuevamente,
y el que sobra soy yo ¡Quién lo diría!
Me dejaste dormir
Me dejaste dormir en mal momento…
Andaba yo citado con la vida
que nos regala un sol de amanecida
mientras tiñe de azul el firmamento.
Se pone la ciudad en movimiento,
la bohemia se va de recogida,
un beso en un portal de despedida
se ahoga con el tráfico en aumento.
Me dejaste dormir. No lo comprendo.
Si al fin no estás conmigo esta mañana
¿qué razón me mantiene aquí durmiendo?
Debiera abrir al menos la ventana,
es posible que el sol siga ascendiendo…
¿Quién dijo que dormir no es vida sana?
Sepulcro de Garcilaso
Garcilaso en mármol retratado,
suplicante el soneto reza a Dios.
Y tan grande es su verso que son dos
las estatuas de orante arrodillado:
hijo y padre en la tumba del soldado,
en el trance sereno del adiós.
Seductor más que humano, semidiós
que al mismo Amor ganara enamorado,
una silva de piedra se desgrana
del mármol que aprisiona su poema,
y una lira resuena con desgana...
Si la musa protege la peana
no habrá infierno que Garcilaso tema,
pues al genio la muerte nunca gana.
Palabras rudas
deja marca y un desgaste provoca
en el alma de aquél que las evoca.
Cada queja o desdén, cada porfía,
tiñendo de grisura lo que toca.
Ningún alma es inmune a la rudeza
del exabrupto lanzado sin cuidado,
a la respuesta sin delicadeza.
El mal gesto constante y perturbado
sumerge lentamente en la tristeza
a todo aquel que vive a nuestro lado.
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